lunes, 30 de julio de 2012

La batalla de Vitoria (II)


En el primer post hablamos fundamentalmente del ala derecha aliada, pero ¿qué hacían mientras tanto el centro y el ala izquierda?

La misión del ala izquierda, formada por dos divisiones inglesas, la española de Francisco Longa y la portuguesa de Pack, fue la encargada de cortar una posible retirada imperial hacia Francia a través del camino de Bayona. Al mediodía, esas fuerzas se dividen en dos columnas; la primera se dirige contra Abechuco y Gamarra Mayor, y la otra, formada por las tropas españolas al mando de Longa, marchan hacia Gamarra Menor y Durana, al noreste de Vitoria.

Entonces comienza un duro combate en las poblaciones de Abechuco y Gamarra Mayor. Las tropas francesas oponen gran resistencia gracias a que se encuentran atrincherados entre las construcciones del pueblo. Las tropas aliadas no tienen más remedio que realiza varias cargas bayoneta en mano, pero las descargas a bocajarro de los franceses hacen que se tengan que retirar una y otra vez, aunque al final consiguen tomar algunas viviendas a la entrada del pueblo y la lucha calle a calle se postergará durante cuatro horas.

Lucha en Gamarra Mayor
Vista actual de la misma zona
                                                                             
Por su parte, las fuerzas de Longa se dirigen a Gamarra Menor, que toman  sin apenas oposición y a la una y media de la tarde toman posiciones al norte de Durana, en el flanco izquierdo francés, bloqueando la ruta del convoy real en dirección a  Bayona

Desde las dos de la tarde, Reille trata infructuosamente de conservar Gamarra Mayor y Abechuco para mantener libre el camino a Francia. Pero aunque la lucha fue sangrienta, y los aliados no pudieron cruzar el Zadorra en estos puntos, tampoco los imperiales consiguieron desterrarles de sus posiciones, y hacia las cinco las tropas del ejército de Reille se retiran en dirección a Vitoria

Situación en el centro
¿Y Wellington? Desde su posición en el noroeste del campo de batalla, y desde que se inician las primeras hostilidades hasta el mediodía, el duque de Wellington se mantiene a la expectativa.
Por el lado norte, en Hueto Arriba, el general Picton decidió avanzar hacia el río Zadorra. Mientras tanto se estableció un tiroteo en el puente de Víllodas, entre una orilla y otra del río. Entonces José Ortiz de Zárate, un vecino de Trespuentes, informó al general Alava de que el puente sobre el río Zadorra próximo a su población está sin proteger. Desgraciadamente para él, un disparo aislado junto al puente acabó con su vida.



El puente sobre el Zadorra, y al fondo, el alto de Júndiz donde se hallaba Jourdan

Y en efecto, las tropas aliadas que cruzan el mismo no encuentran oposición hasta Ariñez, donde los franceses están bien posicionados en un alto de Júndiz. Pero esa posición se vuelve incómoda cuando pueden ser hostigados tanto por el ala derecha aliada, desde la zona de Subijana, como desde el norte por las tropas que acaban de cruzar el Zadorra.

Jourdan decidió abandonar su posición en Júndiz para crear un frente más potente entre Aríñez y Gometxa, que enlazaba con las fuerzas que soportaban en el monte Eskibel el ataque aliado por los montes. Los imperiales se retiran en buen orden hasta Zuazo y Gometxa, donde posicionan su artillería y reorganizan su disposición, mientras los combates alrededor de su línea más adelantada se convierten en una encarnizada lucha en la que los imperiales deben replegarse.

Zona frente a Zuazo donde tuvo lugar el combate de artillería
 
Fin de la batalla

Sobre las seis de la tarde, las tropas aliadas situadas tanto al norte como al sur de Vitoria empiezan a avanzar, y entre los franceses se corre el rumor de que van a ser rodeados al haber perdido el camino de Bayona. Entonces la retirada se convierte en desbandada, y las tropas huyen sin orden hacia el este, en busca del único camino que les quedaba libre: el de Pamplona.

Pero mientras que el Camino Real a Francia estaba empedrado, el de Pamplona era de tierra, embarrado tras varios días de lluvia, y atravesaba una zona de humedales que los carruajes, sobrecargados de equipaje en la huida de España, no pudieron salvar. Hasta 1500 carruajes, llenos hasta los topes de materiales valiosos procedentes del expolio que los imperiales habían realizado en el país, fueron abandonados en la huida, además de vagones de municiones, víveres, artillería, etc

Y allí se detuvieron las tropas aliadas, abandonado la persecución de un ejército imperial que tendrá así tiempo de reorganizarse, para saquear aquel tremendo botín que salía del país.

Tras la batalla, el  General Álava, nacido en Vitoria, se puso al mando de una unidad  de caballería británica para cerrar las puertas de la ciudad, evitando de este modo que fuese saqueada por los propios ingleses, al modo en que lo habían hecho en Badajoz o Salamanca. Se cuenta que cuando accedió a la ciudad, y fue saludado por una vecina, le recomendó que se encerrara cuanto antes, puesto que "los que llegan son peor que los que se han ido"

Entrada del general Alava en su ciudad. Debió ser una de las pocas que no fue saqueada en ningún momento de los seis años de ocupación.


miércoles, 18 de julio de 2012

domingo, 1 de julio de 2012

Los escenarios de la Batalla de Vitoria de 1813 (I)

La semana pasada pude disfrutar de una estupenda visita guiada a varios escenarios de la batalla de Vitoria, que tuvo lugar el 21 de junio de 1813. Tuve la excelente suerte, además, de que el guía fuera Emilio Larreina, un verdadero experto en la misma.

La Batalla de Vitoria fue librada el 21 de junio de 1813 entre las tropas francesas que escoltaban a José Bonaparte en su huida y un conglomerado de tropas británicas, españolas y portuguesas al mando del Duque de Wellington.

Hay muchas y excelentes webs que describen la batalla. A mí me interesa más la parte "civil" de aquella época, pero no sería posible entenderla sin conocer la parte militar.

 El Ejército Imperial contaba con más 60000 hombres encuadrados de la siguiente manera: el ejercito de Andalucía, que cuenta aproximadamente con 34.000 soldados, el ejercito Central que dispone de unos 17.600 hombres,y el ejercito de Portugal, compuesto por 17.400 hombres.

Jourdan, que la víspera de la batalla había estado afectado por fiebres y no había podido disponer las tropas según habría deseado, en la parte más estrecha de la Llanada, se encontró aquel día conque José Bonaparte había desplegado su primera línea en una posición entre el alto de Jundiz y el pueblo de Subijana de Álava, junto al Camino Real, con algunos puestos adelantados cubriendo la entrada en el valle del río Zadorra (la Llanada) por el Boquete de La Puebla.


Una segunda línea, se extendía  formada por dos divisiones del Ejército del Centro (Armée du Centre), comandado por el conde D'erlon, en una posición a ambos lados del Camino Real enfrente del pueblo de Gomecha. Las fuerzas francesas dibujaron una linea siguiendo el curso del Zadorra, del oeste al noroeste de Vitoria, cerrando los caminos a Bilbao, Bayona, Logrono y Burgos.

Ambas líneas miraban al oeste, ya que José Bonaparte estaba convencido de que el ataque aliado, si llegaba, vendría por esa dirección.

La Guardia Real y la mayoría de la caballería se situaban en reserva al oeste de Vitoria, en las cercanías de Zuazo. El Ejército de Portugal (Armée du Portugal), a las órdenes de Reille, se desplegó al norte del campo de batalla, a lo largo del Zadorra, entre los pueblos de Arriaga y Durana, vigilando el paso del río y ocupando otras tres poblaciones en la orilla norte: Abechuco, Gamarra Mayor y Gamarra Menor.

En conjunto, y al situar la avanzada ante Júndiz, las fuerzas francesas se diseminaron en una línea muy extensa, a lo largo de la cual existían numerosos puentes sobre el Zadorra que no pudieron guarnecer adecuadamente, y tampoco destruyeron.



El mariscal Jourdan se situó en el alto oeste de Júndiz. El monolito y la cruz existentes en el mismo señalan el lugar.

Wellington, por el contrario, se situó en un monte cerca de Nanclares y Villodas, al oeste del centro del dispositivo francés, y rápidamente se dio cuenta de la debilidad que presentaba el despliegue de los franceses en esa zona, al observarse grandes espacios entre las unidades que lo componían.

El plan de Wellington era atacar en una maniobra de tenaza, por el sudoeste, cruzando el río Zadorra, al tiempo que los envuelve por el noroeste de Vitoria, bloqueando sus posibles rutas de huida en dirección a Bayona y al territorio francés. Las tropas aliadas se posicionan siguiendo el curso del río Zadorra en su orilla oeste.


Zona donde se situó Wellington, vista desde el propio alto de Júndiz donde estaba Jourdan

Entrada la noche, el ala derecha de los aliados dirigida por el general británico Hill toma posiciones próximo a Lapuebla de Arganzón, cerca del ala sur de despliegue francés. El centro del desligue de los ejércitos aliados está bajo el control directo de Wellington, en la zona oeste de Nanclares de Oca. El ala izquierda aliada, compuesta por 25.000 hombres comandados por el general Graham, se encuentra al noroeste de Vitoria, para interceptar a las divisiones que avanzan desde Vizcaya.

La batalla

A las siete y media de la mañana, las tropas españolas del general Pablo Morillo se dirigen hacia los altos de Lapuebla de Arganzón, y media hora después consiguen tomar los altos, haciendo retroceder a los franceses. Avanzan en dos líneas, una sobre el cresterío de los altos y otra al pie de los mismos. Entonces la lucha se plantea sobre Subijana, de la que también son expulsados los imperiales, a pesar de los denodados intentos por volver a tomarla. Al perder esta posición, perdían el control sobre el camino real, y su cercana posición en el alto de Júndiz se veía seriamente comprometida.

Durante más de tres horas aún intentan los imperiales volver a tomar Subijana, pero al cabo de ese tiempo retroceden, y el ejército aliado comienza su avance sobre Ariñez. Mientras tanto, la lucha continúa en los montes de Vitoria, en Busto, donde las tropas españolas están ya prácticamente sin munición tras los duros combates y se repliegan hacia la segunda linea.




Hacia las dos del mediodía las divisiones francesas de Villatte y Conroux empiezan a replegar su flanco izquierdo hacia la población de Esquivel, fuertemente presionadas por la división del general Hill y las tropas británicas y españolas de Morillo y Cadogan.

Mientras tanto, en el ala izquierda de los aliados las cosas también avanzaban, si bien no como se había previsto. Continuaré esta parte en el siguiente post.