Vaya lujo. Ayer tuve la suerte de poder presentar el libro "Entre lo dulce y lo amargo", de Pilar Cabero, en Elkar de Donosti. Ya sólo acudir a esa ciudad, que cada día me parece más bonita, si cabe, es un placer. Pero hacerlo para presentar un libro precioso de una autora a la que admiro, como escritora y como persona, es un honor.
Tengo un problema con las fotos y las presentaciones, pues aunque acudo a ellas no suelo tener fotos, así que no os voy a poder colgar ninguna, salvo esta. Y me fastidia, porque en la foto el ambiente parece muy serio (además de que salgo con los ojos casi cerrados), pero en realidad la ocasión fue muy divertida, como siempre que Pilar está cerca.
Ya he dado en diferentes foros mi opinión sobre
este magnífico libro. Pero en la presentación destaqué un aspecto del
libro que me resulta especialmente atractivo, y en el que
coincidieron varios asistentes: éste es un libro muy sensorial. Un libro que apela a los sentidos, porque, como dije, está lleno de aromas, sabores, texturas y sonidos.
No es algo buscado por ella, nos confesó ayer,
pero lo cierto es que este libro no sólo se lee, sino que se degusta. Está
lleno de preciosas y concisas descripciones que te hacen sentir que puedes
tocar, escuchar, oler... hay en él caramelos de malvavisco, bolas de
chocolate, bolados de azúcar; compotas y mermeladas de grosellas, de pera, de
uva crespa... También hay aroma de cera caliente, brisa salada del mar, olor
dulzón de la higuera, olor ácido de las manzanas y el vino en la taberna. Y
como colofón, el aroma, entre lo dulce y lo amargo del cacao, miel y canela.
Y este mundo tan denso, tan sensorial, salta
incluso a las descripciones de los personajes. La autora habla del cabello de
la hija, del color de la miel derretida, y de sus ojos verdes como la hierba. Y
en el caso de la protagonista, de sus ojos color de las avellanas,
brillantes como la melaza.
Y además, describe perfectamente un mundo
original y muy atractivo: el de la elaboración de chocolate y dulces en
una confitería del siglo XVIII. Y os garantizo que esta descripción es exacta y
documentada, no porque yo lo sepa, sino porque así lo acreditó Iñaki
Gorrotxategi, descendiente del maestro confitero Gorrotxategi que aparece en la
novela. ¿Qué no conocéis los dulces de Gorrotxategi? Pues podéis descubrirlos
pinchando en la imagen. Yo soy adicta a sus turrones, entre otras cosas...
En su
web encontrareis información sobre el Museo del Chocolate que tienen en Tolosa.
Yo ayer me fui con un detalle que me hizo una ilusión tremenda, y que estoy
disfrutando mientras escribo esta entrada: una caja de xaxus. Realmente, fue
una jornada muy dulce...
¡¡¡¡Muchísimas gracias por la presentación, por tu compañía y por esta reseña tan emotiva!!!
ResponderEliminarUn beso lleno de cariño,
Ya sabes que cuando quieras me apunto. Un besazo
EliminarFue un placer estar allí y escucharos a ambas.
ResponderEliminarUn beso
¡¡¡Y yo que no me enteré de que estabas!! ¿Te hablé al final, eras tú? Buffff, qué despiste. Un besazo.
EliminarYo no pude estar, (me pilla un poco lejos..), estoy de acuerdo en lo que dices.... muy pronto voy a poner su reseña, pero ya adelanto, que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que te gustara, Susana. Pilar escribe de una forma preciosa.
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