sábado, 16 de febrero de 2013

Presentando "Entre lo dulce y lo amargo" en Donosti.

Vaya lujo. Ayer tuve la suerte de poder presentar el libro "Entre lo dulce y lo amargo", de Pilar Cabero, en Elkar de Donosti. Ya sólo acudir a esa ciudad, que cada día me parece más bonita, si cabe, es un placer. Pero hacerlo para presentar un libro precioso de una autora a la que admiro, como escritora y como persona, es un honor.
 
Tengo un problema con las fotos y las presentaciones, pues aunque acudo a ellas no suelo tener fotos, así que no os voy a poder colgar ninguna, salvo esta. Y me fastidia, porque en la foto el ambiente parece muy serio (además de que salgo con los ojos casi cerrados), pero en realidad la ocasión fue muy divertida, como siempre que Pilar está cerca.


Ya he dado en diferentes foros mi opinión sobre este magnífico libro. Pero en la presentación destaqué un aspecto del libro que me resulta especialmente atractivo, y en el que coincidieron varios asistentes: éste es un libro muy sensorial. Un libro que apela a los sentidos, porque, como dije, está lleno de aromas, sabores, texturas y sonidos.
 
No es algo buscado por ella, nos confesó ayer, pero lo cierto es que este libro no sólo se lee, sino que se degusta. Está lleno de preciosas y concisas descripciones que te hacen sentir que puedes tocar, escuchar, oler... hay en él caramelos de malvavisco, bolas de chocolate, bolados de azúcar; compotas y mermeladas de grosellas, de pera, de uva crespa... También hay aroma de cera caliente, brisa salada del mar, olor dulzón de la higuera, olor ácido de las manzanas y el vino en la taberna. Y como colofón, el aroma, entre lo dulce y lo amargo del cacao, miel y canela.
 
Y este mundo tan denso, tan sensorial, salta incluso a las descripciones de los personajes. La autora habla del cabello de la hija, del color de la miel derretida, y de sus ojos verdes como la hierba. Y en el caso de la protagonista, de sus ojos color de las avellanas, brillantes como la melaza.
 
Y además, describe perfectamente un mundo original y muy atractivo: el de la elaboración de  chocolate y dulces en una confitería del siglo XVIII. Y os garantizo que esta descripción es exacta y documentada, no porque yo lo sepa, sino porque así lo acreditó Iñaki Gorrotxategi, descendiente del maestro confitero Gorrotxategi que aparece en la novela. ¿Qué no conocéis los dulces de Gorrotxategi? Pues podéis descubrirlos pinchando en la imagen. Yo soy adicta a sus turrones, entre otras cosas...
 
 
En su web encontrareis información sobre el Museo del Chocolate que tienen en Tolosa. Yo ayer me fui con un detalle que me hizo una ilusión tremenda, y que estoy disfrutando mientras escribo esta entrada: una caja de xaxus. Realmente, fue una jornada muy dulce...
 

6 comentarios:

  1. ¡¡¡¡Muchísimas gracias por la presentación, por tu compañía y por esta reseña tan emotiva!!!
    Un beso lleno de cariño,

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  2. Fue un placer estar allí y escucharos a ambas.
    Un beso

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    1. ¡¡¡Y yo que no me enteré de que estabas!! ¿Te hablé al final, eras tú? Buffff, qué despiste. Un besazo.

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  3. Yo no pude estar, (me pilla un poco lejos..), estoy de acuerdo en lo que dices.... muy pronto voy a poner su reseña, pero ya adelanto, que me ha gustado mucho.
    Besos

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    1. Me alegro de que te gustara, Susana. Pilar escribe de una forma preciosa.

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