domingo, 5 de mayo de 2013

Dos reflexiones tras un café con Miranda Kellaway (I)

El martes pasado tuve la gran suerte de poder conocer en persona a Miranda Kellaway, y tomar un café con ella en Bilbao. Y a raíz de esa tarde, de nuestra conversación y de lo que nos sucedió en una librería en la que buscábamos un libro, quería compartir dos reflexiones, ambas relacionadas con el estigma que arrastra la romántica.

Como Miranda es una persona encantadora, inteligente, cálida y risueña, la tarde de charla dio para bastante. Entre otras muchas cosas (muchísimas, ejem), hablamos un rato de las portadas de la novela romántica, de las que nos gustan y las que no, de por qué aún seguirá habiendo portadas de vestidos resbalando por el hombro y torsos al descubierto, y de cómo y cuánto un planteamiento diferente, el de las novelas eróticas del género romántico -portada sobria con un único elemento, destacado sobre el fondo- ha contribuido al éxito de las mismas.

Yo tengo pocas dudas de que son una parte enorme de su éxito. Esas portadas (la archifamosa trilogía de las Sombras, las de Silvia Day, Megan Maxwell...) son las que han hecho que personas ajenas al género romántico -que posiblemente sentirían un estremecimiento ante la idea de llevarse una portada de hombro o torso al descubierto- hayan comprado sin ninguna aprensión estas novelas.



Ya sé que no es solo la portada, pues de repente leer estas novelas tiene un punto transgresor y hasta moderno -¡uau! que diría la de las sombras- que no tiene el resto del género romántico, del que la imagen es mucho más "casposa" Pero estoy convencida de que esas portadas "modernas" y neutras son las que han acabado de convencer al gran público, que es el que por supuesto ha determinado que sean superventas, de que estas merece la pena arriesgarse con las mismas.


Recientemente, una persona me ha dicho que será porque, en realidad, esas novelas no son género romántico. Desde luego, no era un lector habitual ni habituado a romántica. Porque cualquiera que haya leído este género, incluso de manera esporádica, puede ver que el esquema fundamental de las mismas es el de la romántica, y es la historia de amor entre los protagonistas el que vertebra las obras. El sexo en ellas es el añadido vistoso, el reclamo, pero por supuesto, ninguna de las mencionadas es Historia de O (Y ojo, que en este maremágnum que ha supuesto la publicación obligada y casi forzosa por las editoriales de novela erótica, en busca de ventas, sí hay de todo, incluso alguna que no contiene historia de amor en absoluto sino BDSM puro y duro. Pero no son las mencionadas)



Un gran acierto, el de esas portadas. Así pues, ¿por qué no se traslada a la totalidad del género romántico? Esa pregunta, para la que no tengo respuesta, sólo una intuición, me la han hecho en las dos charlas en las que estuve hace unos días. Pues sí, tiene razón, muchas de las portadas de romántica siguen siendo casi sonrojantes; pero lo cierto es que el camino que podíamos llamar de "dignificación de portadas" se ha iniciado ya hace tiempo en muchas editoriales.

Fundamentalmente, estoy pensando en P&J, cuyas portadas para Foley, Kinsale, Thomas o Kenyon (aunque en esta última hay de todo, pero al menos sí hay un sentido de unidad) han sido reconocidas de manera unánime por las lectoras de romántica como las mejores, año tras año (para comprobarlo, sólo hay que darse una vuelta por las web especializadas) Pero también hay que reconocer el esfuerzo en algunas portadas de Versátil, por ejemplo, y por supuesto, Vergara, de Ediciones B.



Porque lo más curioso es que las portadas que sugieren "escenas de cama" y que sonrojan a muchas lectoras tienen mucha más aventura, dialogo y amor que sexo; y aquellas que destilan sexo, o sea, esas de las que he hablado, tienen portadas totalmente sobrias y perfectamente respetables.

¿El mundo al revés?




La segunda reflexión, en el próximo post.

8 comentarios:

  1. Aaaaaaaaaayyy!! qué tarde tan estupenda aquella!!! y nos faltó tiempo, creo yo, jajajaja!!! muy acertada tu disertación sobre las portadas. Si es que ese tema da para rato...

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    1. Sí, el tiempo nunca da para mucho, pero bueno, más vale poco que nada. Un besazo

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  2. Ni me había planteado el tema, pero leída tu primera reflexión sobre el tema, sólo puedo añadir que dos de los libros más "calientes" que he leído tenían las portadas más insulsas que una se pueda imaginar ("Esclavos del sexo" de Kate Pearce y "Enséñame" de Celia May Hart).

    Aguardo continuación con sumo interés.

    Un saludo

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    1. ¿Crees que será por compensación? Lo cierto es que muchas de las portadas "calientes" de la romántica vienen directamente desde EEUU, y siempre he pensado que allí gustan. Pero, claro, ¿y si ahora mismo hay allí lectoras hablando de este mismo tema?

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  3. Pienso que has acertado de lleno, Ava, las portadas clásicas no solo se han quedado antiguas, pienso que además perjudican a la novela que las sufre aunque sea simplemente por el aspecto de cliché que transmiten con solo verlas, y he oído a muchísimas lectoras decir que se averguenzan de leerlas en público, y no me extraña, porque yo tampoco me atrevería a ir en el metro leyendo Complacer a una mujer...

    Coincido en que esa portadas ha hecho muchísimo por ayudar a aumentar las ventas y por dar una imagen más presentable al género, para que veamos lo mucho que importan las apariencias.Por otra parte de acuerdo también en que las portadas de Vergara son preciosas y mucho más trabajadas que lo del fondo negro y la imagen resaltada.

    Esperando la continuación :))))

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    1. El caso es que este tema de las portadas es recurrente en los foros de romántica, pero las editoriales siguen sin hacer caso. Tal vez, ahora, después de las ventas de la erótica, comiencen a tomárselo en serio.

      ... o tal vez no.

      Un abrazo

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  4. He de reconocer que más de una vez he forrado algún que otro libro... para evitar esas miraditas acusadoras que a una joven (hablo de ciertos años ya) sacaban los colores de la vergüenza, jajjaja. Es que no sé yo en qué piensan algunas de las editoriales cuando, está más que hablado, tal como dices que a las lectoras de novela romántica nos horrorizan las antiguas portadas con pechos descubiertos, vestidos desabrochados o mujeres arrollidas antes hombres recios, musculosos y ¿¿¿¿dominantres????

    Hay muchas editoriales que en este sentido se están renovando, y creo que has elegido algunas de las que últimamente me están pareciendo preciosas....
    Aunque no creo que el hecho de portadas más "discretas" sea lo que haya motivado el booooommmmm de la erótica... simplemente un marketing excelente. Del contenido, no puedo hablar, ya que no he leído ninguno jajajaja

    Ya me apetece leer la segunda reflexión !!!!!

    Un besote

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  5. Gran reflexión, Ava....No entiendo por qué (la mayoría, que no todas) las Editoriales se empeñan en publicar con esas horribles portadas que tanto nos horrorizan y, sinceramente, creo que muchas veces le hacen un flaco favor a su contenido. Opino como Pepa, Ediciones Vergara es de las pocas que se salvan de esta quema. Por otra parte, yo creo que el éxito del género erótico es como todo: modas pasajeras que, conforme vienen, se van. A mi particularmente este género no me acaba de convencer y que su portada sea bonita o fea no cambia mi decisión final, pero estoy segura que a muchas de sus seguidoras, sí (ya no deben esconderse el libro cuando estén en lugares públicos).

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